martes, 7 de mayo de 2019

TIPO DE METODOS

Metodología: la palabra metodología es un cuerpo de conocimientos que describe y analiza los métodos indicando sus limitaciones y recursos, clarificando sus supuestos y consecuencias y considerando sus potenciales para los avances en la investigación. El objetivo de metodología es el mejoramiento de los procedimientos y criterio utilizado en la conducción de la investigación científica.
A continuación se definen algunos métodos utilizados en la investigación científica.
Método inductivo: el método inductivo utiliza el razonamiento para obtener conclusiones que parten de hechos aceptados como validos, para llegar a conclusiones, cuya aplicación sea de carácter general, se inicia con un estudio individual de los hechos y se formulan conclusiones universales que se postulan como leyes, principios o fundamentos de una teoría.
Método deductivo: el método deductivo consiste en tomar conclusiones generales para explicaciones particulares. El método se inicia con el análisis de los teoremas, leyes, postulados y principios de aplicación universal y de comprobada validez, para aplicarlos a soluciones o hechos particulares.
Método analítico: el método analítico es un proceso cognoscitivo, que consiste en descomponer un objeto de estudio separando cada una de las partes del todo para estudiarlas en forma individual.
Método sintético: es un proceso que consiste en integrar los componentes dispersos de un objeto de estudio para estudiarlos en su totalidad. Método inductivo-deductivo: consiste en un procedimiento que parte de unas aseveraciones en calidad de hipótesis y busca refutar o falsear tales hipótesis, deduciendo de ellas conclusiones que deben confrontarse con los hechos.
Método analítico-sintético: Estudia los hechos, partiendo de la descomposición del objeto de estudio en cada una de sus partes para estudiarlas en forma individual (análisis) y luego se integran dichas partes para estudiarlas de manera holística e integral (síntesis).
Método histórico-comparativo: es un procedimiento de investigación y esclarecimiento de los fenómenos culturales que consiste en establecer la semejanza de dichos fenómenos, infiriendo una conclusión acerca de su parentesco genético, es decir, de su origen común.
Método hipotético-deductivo: consiste en un procedimiento que parte de unas aseveraciones en calidad de hipótesis y busca refutar o falsear tales hipótesis, deduciendo de ellas conclusiones que deben confrontarse con los hechos.

Albert Einstein

(Ulm, Alemania, 1879 - Princeton, 1955) Científico estadounidense de origen alemán. En 1880 su familia se trasladó a Munich y luego (1894-96) a Milán; el joven Einstein frecuentó un instituto muniqués, prosiguió sus estudios en Italia y finalmente se matriculó en la Escuela Politécnica de Zurich (1896-1901). Obtenida la ciudadanía suiza (1901), encontró un empleo en el Departamento de Patentes; aquel mismo año contrajo matrimonio.


En 1905 publicó en Annalen der Physik sus primeros trabajos sobre la teoría de los quanta, la de la relatividad y los movimientos brownianos, y llegó a profesor libre de la Universidad de Berna. En 1909 fue nombrado profesor adjunto de la de Zurich y en 1910 pasó a enseñar física teórica en la Universidad alemana de Praga.
Posteriormente dio clases de esta misma disciplina en la Escuela Politécnica zuriquesa (1912). En 1913, nombrado miembro de la Academia de Prusia, se trasladó a Berlín. En 1916 se casó en segundas nupcias; publicó entonces Las bases de la teoría general de la relatividad e inició una serie de viajes a los Estados Unidos, Inglaterra, Francia, China, Japón, Palestina y España (1919-32).
En 1920 entregó a la imprenta Sobre la teoría especial y general de la relatividad y en 1925 recibió el premio Nobel por su teoría sobre el efecto fotoeléctrico. En 1933 abandonó la Academia de Prusia y se enfrentó valerosamente a Hitler. Iniciada la persecución nazi contra los judíos, marchó a América y enseñó en el Instituto de Estudios Superiores de Princeton (Nueva Jersey). En 1945 se retiró a la vida privada, a pesar de lo cual prosiguió intensamente su actividad científica.

2 TIPOS DE MENTIROSOS


  1. Los que mienten por miedo. Sea por vergüenza de la verdad, culpa, miedo de ser confrontado o de enfrentar las consecuencias, miedo de perder bienes, la amistad o el amor de alguien – esos mentirosos son los que mienten cuando decir la verdad sería mucho, pero mucho más fácil. Por algo mal resuelto dentro de ellos, ese miedo es más fuerte que la razón.
  2. Los que mienten como modo de actuar. Estos engañan deliberadamente, sin resentimiento o reserva, con el fin de alcanzar sus objetivos egoístas. Saben lo que están haciendo. Son buenos en eso. Convincentes. Y peligrosos.
Mi consejo: huya de los últimos y evite los primeros. El gran error de muchos es pensar que los del primer grupo son pobres víctimas y que con mucho amor y paciencia podrán cambiar.
Sí, el cambio siempre es posible, y soy el primero en creer en eso. Pero no es el amor y la paciencia lo que causará ese cambio. Perdonar al mentiroso y dejarlo sentirse la víctima no lo ayudará. Su mejor chance de cambiar es sufrir las consecuencias de sus mentiras. Así, el dolor, la pérdida, la vergüenza, la humillación y otros castigos que la propia vida les impone a los mentirosos pueden llevarlos al verdadero arrepentimiento.
Si usted está en una relación con un mentiroso, pare todo. Resuelva la cuestión de la mentira primero. No hay relación donde hay mentira. Por lo tanto, si no es resuelta, la relación no puede continuar – no importa cuántas cosas positivas existan más allá de las mentiras.
Voy a repetirlo: no hay relación donde hay mentira.
Si piensa que hay, se está mintiendo a sí mismo.
COMO DESCUBRIR A UN MENTIROSO

1Los mentirosos suelen estar a la defensiva y es fácil que se resistan a colaborar. Las personas sinceras suelen estar dispuestas a dar explicaciones.

2. Los que mienten suelen controlar mucho la expresión de su rostro. Sonríen pero sin emoción. Los sinceros muestran una expresión facial normalizada.

3. También suelen evitar sentarse frente a quien interroga. En general se sitúan de lado y cruzan brazos y piernas. Los que dicen la verdad no dudan en ponerse de frente.

4. Quienes mienten controlan mucho los movimientos de las manospero mueven el resto del cuerpo. A veces agudizan la voz, respiran profundamente o suspiran. Los sinceros enfatizan y mueven las manos al ritmo del discurso. Sus reacciones fisiológicas se muestran naturales.

5. Quienes mienten suelen emplear palabras imprecisas para distanciarse emocionalmente de los hechos. Para ello, suelen emplear palabras como “tal vez”, “algunos”, “la situación”…

6. También suelen dar respuestas evasivas, piden que se repita la pregunta o incrementan las pausas para pensar las respuestas. Suelen empezar con frases como “pues para ser sincero…” Los que dicen la verdad suelen responder directamente y sin pausas.

7. Alguien sincero puede emitir imprecisiones pero no dudará en volver a explicarlas si es necesario. Quienes mienten mostrarán muchas resistencias para hacerlo. Y no solo eso: puede que se le escapen datos que intente rectificar rápidamente. Esos deslices pueden ser pistas certeras. Es bueno indagar en ellas.
El método más eficaz para obtener la verdad
Pero sin duda el método más eficaz para descubrir a una mentira y obtener la verdad es una confesión. ¿Existen medios efectivos para obtenerla? En la actualidad, el método Reid es uno de los más utilizados en interrogatorios de todo el mundo. Intenta crear situaciones opuestas que desestabilicen al sospechoso y provoquen “respuestas instintivas” que le hagan confesar. Su simplicidad y eficacia del método lo hace útil para la vida cotidiana. Consta de nueve pasos.
1. Se dirá a la persona que existe evidencia suficiente para acusarle. Aunque sea incierto.

2. Se le llevará al punto opuesto y se le tratará como una víctima. Se buscarán argumentos para alejarle de la responsabilidad de lo que se le acusa.

3. Se evitará que se excuse. Así impediremos que fortalezca sus defensas.

4. A esta altura el acusado intentará exponer las razones que le exculpan de la acusación. Cuando éstas son muy secundarias será generalmente culpable.

5. Mostrar comprensión para aumentar su receptividad y disminuir sus defensas.

6. Tranquilizar y dar alternativas; tras la presión pueden liberar el llanto. Ofrecer entonces una imagen paternal y presentar las opciones. Tendrán escasa conciencia de la situación que afrontar e intentarán escapar aceptando un “mal menor”.

7. Realizar una pregunta con dos respuestas en las que se asuma culpa, aunqueuna será más aceptable, como “¿Lo hiciste por voluntad propia o te obligaron?”. El inocente negará o se enfadará, pero la presión hará que el culpable responda sin percibir que se ha inculpado.

8. Dejar al acusado hablar de lo ocurrido. Si aún no ha confesado, seguramente  al ver caer su coartada la presión lo haga confesar.

9. Confesión.
Nunca es tarde. Podemos evitar caer en las redes de la cultura del engaño. Tenemos herramientas para ello. Sólo falta tomar conciencia y tener voluntad para trabajar en ello.

DECALOGO DE EDUAREDO J. CONTURE



1º Estudia. El derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día un poco menos abogado.

2º Piens. El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.

3º Trabaja. La abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la justicia.

4º Lucha. Tu deber es luchar por el Derecho; pero el día que encuentres en conflicto el Derecho con la justicia, lucha por la justicia.

5º Sé leal. Leal para con tu cliente, al que no debes abandonar hasta que comprendas que no es digno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal para con el juez, que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú le dices; y que, en cuanto al Derecho, alguna que otra vez, debe confiar en el que tú le invocas.

6º Tolera. Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya.

7º Ten paciencia. El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.

8º Ten fe. Ten fe en el Derecho como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la justicia, como destino normal del Derecho; en la paz, como substitutivo bondadoso de la justicia; y sobre todo ten fe en la libertad, sin la cual no hay Derecho, ni justicia, ni paz.

9º Olvida. La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras cargando tu alma de rencor, llegará un día en que la vida será imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.

10º Ama tu profesión. Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que se haga abogado



LA CIENCIA Y LA RETORICA



Fue Platón el que introdujo el término “retórica” para describir la capacidad de persuadir a otros, concretamente en el contexto público y político. La comparaba negativamente con el conocimiento buscado por los filósofos.
Los pensadores clásicos posteriores, especialmente Aristóteles, Cicerón y Quintiliano, presentaron varios tratamientos sistemáticos de la retórica en los que ésta aparecía dividida en tres clases: deliberativa (o política), enfocada al futuro y que busca convencer a la gente con fines políticos; forense (o jurídica), enfocada al pasado y que busca convencer a la gente de los méritos o deméritos de las acciones de un individuo; y la epideíctica (o demostrativa) enfocada al presente y que se usa en acontecimientos públicos.
Ninguna de estas formas de la retórica tiene que ver con la forma en que se presentaba el conocimiento de los filósofos que, basado en en principios evidentes por sí mismos, no necesitaba de artificios.
En la Edad Media la retórica ocupó de forma natural su espacio en las nuevas universidades y floreció en el Renacimiento cuando humanistas como Pierre de la Rameé la promocionaban como un arte práctico esencial en la política, la religión y la ley. Si bien en alguna ocasión alabaron la utilidad de la elocuencia en alguna ocasión, los filósofos, incluidos los filósofos naturales, siguieron encontrando la retórica como inferior al conocimiento que era su objetivo.
En el siglo XVII los fundadores de la Royal Society of London, expresaron su intención de basarse solo en la experiencia y no en las capacidades de persuasión de las autoridades en su lema, Nullius in verba, tomado de una cita de Horacio, Nullius addictus iurare in verba magistri, que podría traducirse como “no me vi obligado a jurar por las palabras de maestro alguno”. Insistieron explícitamente en la necesidad de emplear lenguaje llano y sencillo y en evitar los artificios engañosos de la retórica en las comunicaciones que se hiciesen a la Society. Hoy día, y continuando esta práctica, los científicos se precian de decir lo que piensan de la forma menos adornada que sea posible.
A partir de mediados de los años setenta del siglo XX, sin embargo, historiadores, filósofos, especialistas en análisis del discurso y en comunicación, además de teóricos de la literatura, comenzaron a producir una cantidad de significativa de artículos y libros sobre la retórica de la ciencia y, en algún momento, fue activa una asociación profesional en Estados Unidos de especialistas en el asunto.
La aparición de la retórica de la ciencia se debió a tres cambios en el clima intelectual centrados en respectivamente en la historia de la ciencia, la filosofía de la ciencia y las humanidades en general.
En la historia de la ciencia el foco pasó de los mecanismos de funcionamiento de la ciencia a su contexto cultural . Una de las cosas que descubrieron es que hasta bien entrado el siglo XIX (y mucho más tiempo en muchos países) los filósofos naturales y los científicos, como personas educadas que eran, aprendieron los preceptos de la retórica de Quintiliano y Cicerón, entre otros, como parte de su formación general.
En la filosofía de la ciencia muchos académicos, impresionados por los argumentos de Duhemdecidieron que las teorías científicas no podían ser declaradas verdaderas o falsas basándose en la experiencia. De aquí dedujeron que, dada la inevitable falta de adecuación de las pruebas, los científicos tenían que tener otras razones para dar el salto a la creencia o tener otras tácticas para hacer que otros dieran el salto también. Algunos filósofos han explorado la posibilidad de que sea la retórica la que permita dar ese salto.


PALABRAS DE PABLO NERUDA


LAS PALABRAS


‎"…Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen… Vocablos amados… Brillan como perlas de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío… Persigo algunas palabras… Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema… Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto… Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola… Todo está en la palabra… Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció. Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas… Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada… Que buen idioma el mío, que buena lengua heredamos de los conquistadores torvos… Éstos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo… Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas… Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra… Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma. Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo… Nos dejaron las palabras."